domingo, 29 de enero de 2012

¡Colombia, tierra querida!

Pues me fuí para El Carmen de Bolívar, bello pueblo donde nació el gran maestro de la música colombiana, Lucho Bermúdez, que con su orquesta escribió páginas memorables. Desde su porro hasta boleros, mazurcas, polkas, merecumbés y gaitas, y lo mejor, todos éxitos.

Le celebramos sus 100 años de nacimiento y fue la apoteosis. Creo que el maestro, que en la gloria eterna esté, se sintió complacido de su pueblo y agradecido con la vida que le prodigó estos aplausos y lágrimas que ni el tiempo podrá borrar. Allí se sintió esa Colombia llena de fe y armonía que grita paz y alegría; la del suelo de oración, la que le canta a la vida.
Un solo trueno de aplausos en la plaza cuando carmeros y extraños vimos subir al escenario a Patricia, su hija y la heredera de su talento en el clarinete, instrumento preferido de Lucho. Mostró de nuevo la orquesta fundada por Lucho y nos deleitó con su arte. Suena cada vez mejor ese legado que ha formado ya cuatro generaciones de músicos y sigue tan campante en 57 años de historia.
Queda el compromiso de la ministra Mariana Garcés y del gobernador Juan Carlos Gossaín de construir el museo en la casa del maestro que está en la ruina, y la escuela de música para los muchachos estos Montes de María golpeados por todos los violentos de este país pero tan tercos en eso de la importancia de vivir y producir, a pesar de que la muerte les esté pisando los talones.
Y visité a los mil quinientos habitantes actuales del El Salado – antes eran ocho mil quinientos -, en pleno corazón de los Montes. Allí, hace doce años, los paras de Carlos Castaño masacraron 206 personas en cinco días y con lista en mano. Comenzaron en Ovejas, Sucre, y los fueron asesinando acusándolos de ser “colaboradores de la guerrilla de las Farc”, la que había realizado otra matanza en la misma zona tres meses antes.
Los que han regresado a estas tierras lo han hecho de corazón. En un año volvieron a hacer parir la tierra con los ñames más grandes y los aguacates más sabrosos de la tierra. Como ellos ya quedaron pendientes de sus vidas, avisan que hace varios días les quitaron el Ejército que los guardaba. Y ya empezaron a recibir avisos. ¡No aprendemos!
Cartagena me volvió a llenar el alma. Estamos en el Hay Festival con los niños ganadores del 5º. Concurso Nacional de Cuento que patrocinan RCN y los ministerios de Cultura y Educación. En el libro ‘Colombia cuenta’ que lanzaron este año vemos el mapa social de Colombia. Se lo recomiendo a los guionistas de cine.Hay veinte guiones que escribieron los pelaos y que cuentan sueños y realidades de cada región.
El maestro Juan Gossaín que ha sido pilar de referencia de las nuevas plumas del país me entregó este delicioso resumen de los cinco años: “han participado hasta ahora ciento cincuenta mil concursantes, y esta vez lo hicieron desde novecientos ochenta municipios de Colombia. Es decir, que el noventa y cinco por ciento de nuestros niños y jóvenes sueñan, piensan, escriben, cantan y cuentan”. Por eso, bravo maestro Lucho cuando se le ocurrió describir en su pentagrama esta ¡Colombia , patria querida!.
P.D. Por si algo faltaba vimos a Carlinhos Brown y a Larry Harlow. Dos grandes que desde su esquina nos cuentan que en todas partes es posible vivir la vida, sentir el amor y gozar cada nota a través de la música.

Antonio José Cabellero

Maria Mulata escribe sobre Lucho Bermúdez

Tengo intacto el recuerdo que se hizo mio gracias a la historia que me contaron mis padres, cuando por primera vez un hombre pidió el permiso a mi abuela materna para que su hija bailara una pieza de Lucho Bermúdez, así que la primera vez que supe del maestro y escuché su música, lo hice a través de la voz de mi madre.
Un día un sonido de madera que escuchaba en televisión cautivó mi atención: alguien dirigía una orquesta con un clarinete en vez de batuta. Quedé encantada con su manera de tocar el clarinete, como si llorara o riera antes de llegar a cada nota, luego prolongaba ese sonido sin ningún temor al paso del tiempo para dejarlo concluir en una típica cadencia sabanera de colores nuevos. Yo me preguntaba cómo era posible que tan solo una nota pudiera tener tantos visos, gamas y tintes, para responder a mi pregunta trataba de sumergirme en su música cerrando los ojos. Desde entones, es la manera como suelo escuchar la música que me hace vibrar.
Fue Lucho Bermúdez quien despertó mi inquietud por descubrir las entrañas del canto negro del caribe, también fue quien alimento mi pasión por la danza, como una manera instintiva de escuchar su música, por él comprendí que la música es un lenguaje universal.
Lucho puso en comunicación a la música del caribe no sólo con otras regiones de Colombia sino también con el mundo entero, en un momento donde el ícono musical de lo colombiano estaba demasiado centralizado. Él introdujo poco a poco el sonido del caribe hasta lograr ponerlo en un nivel muy alto, reivindicando la música de gaita, el porro y la cumbia, logrando un estilo único y un sello imborrable que además fue documentado y hoy es un material invaluable.
Siempre he dicho que la Música moderna es aquella que no pasa de moda, es atemporal, jamás suena anacrónica, y así Lucho no suene hoy en la radio, su sonido sigue estando presente como parte del ADN de cada Colombiano. Para mi Lucho Bermúdez es el compositor más importante de Colombia, es nuestro Lecuona, nuestro Villa Lobos, nuestro Piazzola; entendía las relaciones entre lo académico y lo popular, lo local y lo universal, conocía los instrumentos porque todos los tocaba, y cuando se trataba de la voz, sabía perféctamente el registro donde los cantantes sienten que su instrumento fluye como el agua. Lucho es para la música colombiana, lo que Gabriel García Márquez a la literatura.
Me pregunto si algún día las academias musicales tendrán en cuenta su legado, pues para un colombiano debe ser tan importante estudiar a Lucho Bermúdez como estudiar a Bach, o a Beethoven,  si se tiene en cuenta que la obra de Lucho Bermúdez es música elaborada es “música erudita” que, además, puede ser comprendida por el pueblo.
Sólo sabiendo de donde venimos sabremos para dónde vamos y Lucho es parte de nuestra historia, por eso me hubiera gustado conocerlo, haber conversado con él, saber que opinaba de mi manera de interpretarlo levemente influenciada por Matilde Díaz, su gran intérprete, a quien profesaba tanto respeto y admiración. Me consuelo con estudiar su música, como una manera de saber de qué material fue hecha su alma, y hoy me siento privilegiada de estar adelante de la orquesta que él nos dejó, haciendo realidad el sueño de cantar su música en la gran fiesta que se celebra por su natalicio en El Carmen de Bolívar. En esta maravillosa experiencia de ensayos, de poder ir al museo en el que quedó convertida la casa de su hija Patricia y de realizar conciertos con la orquesta, evoco el dicho que para este caso en particular se vuelve realidad: “Todo tiempo pasado fue mejor”, aquella época donde lo que se oía era lo que sonaba en vivo, donde la labor ardua del ingeniero de sonido era poner en el lugar exacto un micrófono para que todo se escuchara armónicamente, donde se podía escuchar buena música en la radio, las letras eran sinceras y comunicaban algo y el sabor y la elegancia primaban a la hora de bailar.
Cantar con esta orquesta, es una experiencia mística y sonora que dificilmente puedo expresar con palabras, me llena completamente, hace vibrar cada poro de mi piel, me nacen alas y entonces siento que mi voz ya no sale de mi, que no me pertenece, que vuela muy alto y la dirige Lucho desde el cielo.
María Mulata.

Analizando situación de El Carmen de Bolívar

Las nuevas agropecuarias en la zona -con la colaboración de los soldados del Batallón- han comenzado a abrir trochas hacia las fincas que han comprado. Hace ocho días, se firmó un convenio entre Invias y la Alcaldía de San Jacinto por 1.300 millones de pesos para vías en la zona.

Carmen de Bolívar fue durante años el símbolo de la violencia. Y luego, del éxito de la Seguridad Democrática. Y ahora, de la contrarreforma agraria que se está dando producto de la paz.
Carmen de Bolívar, un pueblo a dos horas y media de Cartagena, fue durante los noventa el centro de logística y abastecimiento más importante del Bloque Caribe de las Farc. También de reclutamiento. Y no sólo de la guerrilla de Marulanda, sino también del Eln, e incluso del ERP. Por eso los paramilitares se ensañaron con el pueblo: entre 1997 y 2003 mataron en masacres a 115 personas y desplazaron a unas 100 mil personas, según cifras oficiales.
Después llegaron los soldados. Entre 2003 y 2004, ocurrieron en esta zona el mayor número de combates en el país. Decenas de soldados quedaron mutilados por las minas antipersonales sembradas por los guerrilleros y otros más murieron en emboscadas.  Pero finalmente, después de que en octubre de 2007, en un operativo militar en Carmen de Bolívar, el Ejército diera de baja a alias ‘Martín Caballero’, el jefe del frente 37 y el guerrillero más temido de las Farc en la Costa, los pobladores de Carmen de Bolívar sintieron algo parecido a la paz.
La transformación del pueblo es impresionante. Carmen de Bolívar recuperó su bullicio. En el paradero del bus, pululan los vendedores de mango, de aguacates gigantes, de suero costeño y de bollos de mazorca. Las casas están otra vez abiertas de par en par, los negocios crecen y hace unas semanas, el pueblo entero se preparaba para las fiestas de noviembre.
“Le devolvimos la vida al pueblo”, me dijo con orgullo Jairo Cardona, el coordinador de la Corporación Amigos de los Montes de María, la fundación creada recientemente por 73 empresarios que han comprado unas 60 mil hectáreas de tierra en la región en el último año.
Cardona, como la mayoría de los empresarios de la Corporación, es antioqueño. Era médico en el Urabá hasta que llegó a la zona el año pasado y se enamoró de la tierra. “Estas tierras son franco-arenosas, vertisoles, con 15 años de descanso, con materia orgánica, tierra negra, sumamente fértil,” me explica. Yo siento que se le hace agua la boca.
Un campesino después me explicaba que la tierra era tan buena que no tenía que usar fertilizantes. “Usted echa la semilla y se va a dormir”, me dijo. “Pero las agropecuarias se están quedando con toda la tierrita”.

En la zona, las agropecuarias comienzan a sembrar yuca y maiz para el ganado. La inversión social del Estado se ha demorado en llegar, pero recientemente construyeron este puesto de salud en Bajo Grande, donde el gobierno adelantó un gran desminado humanitario.

Tras la tierrita

A comienzos de 2008, llegaron los empresarios antioqueños a comprar tierras y se desató una fiebre especulativa sin precedentes, parecida a la que se está dando en la Orinoquía (ver artículo). La hectárea de tierra que compraron el año pasado a 300 mil pesos, hoy vale dos millones. La de un millón, vale tres.
“En frente de la Alcaldía del Carmen los corredores de bienes raíces hacían cola con las escrituras de la gente en la mano para vender”, me dijo una persona de la gobernación de Bolívar. “Nadie sabía quién estaba comprando, decían solo los 'cachacos’, los ‘cachacos’”. Con el tiempo se ha sabido que esos ‘cachacos’ son en realidad reconocidos empresarios paisas.
La Agropecuaria Carmen de Bolívar, una de las más importantes en la zona, es del reconocido empresario bananero del Urabá Guillermo Gaviria, el papá del ex precandidato presidencial liberal Aníbal Gaviria y dueños del diario antioqueño El Mundo.
Su representante legal Daniel Fernando Cuartas Tamayo también es el representante legal de la Agropecuaria El Génesis, otra de las compradoras de tierra en la zona, de una familia Penagos. Según información suministrada por la agencia de prensa IPC, Cuartas también representa o es apoderado de las firmas mineras Nueva Californa, El Tajo S.A. y Sociedad Guadancanal S.A, con exploraciones de oro en Chaparral, Tolima, Nechí Antioquia y San Jacinto, Bolívar.
La Agropecuaria El Central tiene como representante legal a Otto Nicolás Bula Bula, quien fue el segundo renglón del senador Mario Uribe, primo del presidente Álvaro Uribe. La revista Cambio sacó un confidencial hace unos meses en el que contaba que los magistrados de la Corte Suprema que investigan al senador “se llevaron una sorpresa cuando descubrieron que la mayor venta de ganado el pasado fin de semana en la feria de Montería fue realizada por Otto Bula, quien fue suplente de Uribe en el Congreso entre 1998 y 2002. Los investigadores indagan por los actuales vínculos comerciales de Uribe con Bula y sobre las sociedades ganaderas que habrían constituido recientemente. Testigos afirman que Bula es la persona que mayor crecimiento patrimonial ha tenido en Córdoba en los últimos años.”
Uno de los miembros de la junta directiva de esta empresa, es Alonso Sanín Fonnegra, caballista del Urabá antioqueño, propietario del criadero Palma Seca, miembro de Fedequinas y representante legal suplente de Fogansa S.A., una empresa mixta que en 2001 reemplazó al Fondo Ganadero de Antioquia.
La Agropecuaria Montes de María tiene como representante legal a Raúl Mora Abad, un reconocido criador de caballos, dueño del criador Villa Katerine, de Rionegro, Antioquia, y miembro de Fedequinas.
También ha comprado tierras en la zona la empresa Invesa, entre cuyos miembros de junta se encuentran Álvaro Uribe Posada, que tiene registrada una plantación forestal en la Ceja, Antioquia; Ricardo Sierra Moreno, uno de los ‘cacaos’ de Antioquia, fundador de la empresa Distrihogar, quien ha sido miembro de diversas juntas directivas de empresas públicas y privadas: Metro, Bancolombia, EPM y Confinsura, entre otras; y Christian Toro Ludeke, uno de los altos directivos de UNE EPM Telecomunicaciones.
Uno de los primeros compradores fue el empresario antioqueño Alvaro Ignacio Echeverría, de Tierras de Promisión S.A., pero según Cardona, él no forma parte de la Corporación. Y entre los más recientes compradores están Bernardo Hoyos, gerente del Comité Central de Ganaderos de Búfalos. Y los dueños de la cementera Argos.
Varios de estos empresarios son miembros de la cooperativa de leche Colanta y llegaron a la zona en busca de tierras baratas después de que el precio del maíz para alimentar el ganado se disparó con las siembras de alimentos para biocombustibles.

La tierra de Montes de María es una de las más fértiles del país. Pero no tiene agua y las vías hasta ahora se están construyendo. La Corporación Amigos de los Montes de María financió el arreglo de 24 km de carretera en el Cocuelo.

Las medidas de protección

“Nos fuimos a buscar tierrita para sembrar yuca”, dijo a La Silla Vacía Daniel Cuartas, representante legal de las Agropecuarias El Génesis y Cármen de Bolívar. “Organizamos un grupo de productores lecheros y nos fuimos allá para hacer los proyectos”.
Salvo Invesa e Invercampo, las demás agropecuarias fueron todas creadas en el primer semestre de 2008, días o semanas antes de comprar la tierra para adelantar proyectos productivos en Montes de María. La idea de Agropecuaria Carmen de Bolívar es sembrar yuca, El Genesis y El Caney quieren hacer ganadería intensiva para exportar carne y otras de las empresas tienen planes de sembrar palma y frutales.
“La gran mayoría son lecheros y el potencial de esta tierrra es producir comida para las lecherías”, dice Cardona. Agrega que entre los asociados de la Corporación Amigos de Montes de María han generado unos 3.000 empleos, el 70 por ciento de ellos de vinculación laboral directa. Los campesinos son contratados para poner las cercas, hacer pozos de agua y sobre todo para tumbar el monte para ‘civilizar’ la tierra. Ya se comienzan a ver unos pocos cultivos, aunque todavía no se ve ninguna gran producción agroindustrial. En la zona reconocen que las agropecuarias le han devuelto gran parte de la vida al pueblo y que han generado empleo, pero no 2.000 puestos de trabajo estable.
Cardona dice que las grandes inversiones están paradas por las medidas de protección de la Gobernación de Bolívar, que en octubre de 2008, decidió congelar las ventas de tierra en la zona para evitar que los campesinos siguieran vendiendo de manera desaforada. Dice que tuvieron que despedir a 200 empleados a raíz de esta decisión. Como muchas de estas ventas se hicieron mediante documento privado porque casi la mitad se encontraban en procesos de sucesión, o embargadas. "En el momento de llevar la escritura, aparecían con la medida de prevención y se quedaba todo en la promesa de conpraventa", dice Cardona. "Necesitas la escritura para presentarla al banco".
Cuando un campesino quiere vender en Carmen de Bolívar tiene que solicitarle al Comité de Desplazados de la Gobernación de Bolívar permiso para levantar la restricción. La Gobernación verifica que lo estén haciendo libremente, sin presiones. Para escribir este artículo hablé con más de veinte personas en la zona, y nadie dijo que las compras se hubieran hecho a la fuerza.
“Muchos de los campesinos que salieron hace 10 ó 12 años, cómo van a retornar a esos predios abandonados. Ya no son fincas, sino potreros. Con qué fuerza van a civilizar esas fincas. Ahí no está el acompañamiento estatal”, me explicó una de las personas de la Gobernación en Cartagena, que como los demás funcionarios prefirió hablar anónimamente. “Perdieron lo poco que tenían en los ranchos. Los hijos ya se amañaron en la ciudad, los papás cuando vuelven lo que encuentran es una selva. Y viene una persona que les dice: ‘se los compro por 20 millones de pesos'. En su vida han visto tanta plata junta. ¿Qué van a hacer? ¡Venden!”
La Gobernación ha recibido alrededor de 200 solicitudes de levantamiento de las medidas de protección sobre unas 100 mil hectáreas alrededor del Carmen de Bolívar y tiene a seis abogados de la entidad y también de Acción Social tratando de encontrar argumentos jurídicos para evitar que los desplazados vendan sus tierras y se conviertan para siempre en pobres urbanos. Pero es una batalla perdida. Los dueños de las tierras ponen tutelas para hacer respetar su derecho a la propiedad y como la Gobernación no encuentra que hubo constreñimiento, en muchos casos, les toca levantar la medida.
Hace dos meses citaron a los compradores de tierra para que explicaran los proyectos productivos que planeaban para la zona. De las seis agropecuarias, sólo asistió uno de los dueños. El resto envió abogados. El comité, entonces, dijo que no levantaría las medidas hasta que los propietarios dieran la cara, y eso les dio un tiempo adicional para proteger las tierras.
Lo que están viendo ahora en la Gobernación es que entre las agropecuarias se están vendiendo tierra. "Es para hacer los globos", me explicó Cardona. "Todas las compras han sido satélites". Compraron unas hectáreas aquí y otras allá y ahora están tratando de armar las fincas intercambiando los terrenos.

El problema del retorno

“Esta gente el único empleo que está generando es para una red de abogados de la región, que encontró trabajo solicitando que se levanten las medidas de protección”, dijo uno de los miembros del Comité de Desplazados. Me contó que las historias de los campesinos que quieren vender son deprimentes. “Vienen acá y me dicen, ‘mi sueño era mi finca. Pero de dónde saco plata para caerle a un árbol con un machete que antes yo despalitaba'. Ese señor sigue caminando, pero ya no sueña”.
Muchos de ellos, además, tenían deudas con la Caja Agraria, que siguieron creciendo cuando fueron desplazados. En la zona dicen, aunque no lo pude confirmar, que los comisionistas inmobiliarios llegan con los títulos de las deudas, que ahora le pertenecen a Covinoc, y les informan sobre cuánto deben. Luego se ofrecen a cubrir la deuda y les enciman unos pesos.
La inversión estatal para facilitar el retorno de los desplazados se ha demorado en llegar. Aunque el pasado 19 de junio, cuando terminó la labor de desminado humanitario en Bajo Grande, en el corregimiento de San Jacinto, Bolívar, a una media hora del Carmen de Bolívar, el vicepresidente Francisco Santos dijo que este pueblo “sería atropellado por el progreso” (ver artículo), solo hasta la semana pasada se entregó el acueducto artesanal al pueblo y se firmó un convenio entre Invías y la Alcaldía de San Jacinto para restaurar las vías. Volver para la mayoría no es una opción pues no cuentan con las mínimas condiciones para vivir.
Pero el mayor problema que enfrenta Acción Social para lograr el retorno de los desplazados es la venta masiva de tierras. “La gente no era propietaria, sino que vivía de la aparecería. Ahora cuando vuelve encuentra que esa tierra ya está en manos de otros y que han tirado cercas,” me contó uno de los funcionarios de Acción Social en Bogotá. “Ya toda la tierra está en manos de las cinco agropecuarias. El gran obstáculo para el retorno es que no hay tierra para trabajar”.
Cardona dice que están estudiando la posibilidad de hacer alianzas productivas con los campesinos para que todos salgan ganando. Existen algunos modelos exitosos. En Maria la Baja, hay una cadena productiva de palma de aceite, donde los campesinos son dueños de la mitad de la planta de procesamiento. En el Magdalena, algunos bananeros han incluido a los cultivadores en la comercialización como socios.
Si algo así no se logra en el corto plazo, la gran paradoja es que los que más sufrieron la guerra, no serán los principales beneficiarios de la paz. Durante el período más intenso del conflicto, se produjo una concentración de tierra sin precedentes a punta del terror de paramilitares y guerrilleros que despojaron de sus tierras a más de un millón de campesinos. Se esperaba que a partir de los logros de la Seguridad Democrática, esta situación se reversara con la restitución de tierras a los desplazados. Pero, por ahora, la incipiente paz ha traído una nueva contrarreforma agraria.

Reconocieron muertes

Ovejas. Los "exparas" Luis Fernando Terán Romero, alias Lucho Terán; José Dilio Romero Contreras, alias el Mono Dilio o el Mono Cocodrilo, y Juan Pablo Meza Meza, alias el Paturro, continuaron en audiencia de versión libre desde Barranquilla (Atlántico) sus confesiones de los crímenes que cometieron en los Montes de María. A lo largo de la audiencia, transmitida vía satélite, familiares de las víctimas expusieron el caso de Wilfrido Benítez Contreras, Hernando Benítez Cruz y Reinaldo Osorio Month. Hernando era en esa época el inspector de Policía de Martín Alonso, de Córdoba (Bolívar).
Los tres desaparecieron el 11 de julio de 1990 en la vía que conduce de Martín Alonso a Córdoba Tetón, mientras se desplazaban en bestias. Habían salido juntos en la mañana a realizar algunas diligencias relacionadas con la siembra de algodón.
Sus familiares les preguntaron a los "exparas" por qué los desaparecieron, quiénes lo hicieron y dónde quedaron los caballos.
Lucho Terán respondió que los tres fueron interceptadas y embarcados en una camioneta de la Policía, en la que iba el comandante del puesto de Córdoba (Bolívar) y lo acompañaba Adolfo Méndez, quien ya murió. Estos los llevaron a la finca Las Yeguas. La información que tenían en ese momento era que eran colaboradores de la guerrilla.
"No sé quien les disparó. Cuando llegué al lugar ya estaban muertos. La orden que recibí fue la de desaparecer los cuerpos. Entonces entre Jairo Contreras y yo les metimos fuego hasta incinerarlos totalmente, por lo que es imposible recuperar los cuerpos", contó Terán.
Al escuchar este relato, sus familiares en la sala de la biblioteca soltaron el llanto.
De las tres bestias Terán afirmó que quedaron en la finca Las Yeguas.
Más de 21 años de búsqueda
Después de algunos minutos de silencio y de sollozos, los familiares expresaron que fueron más de 21 años buscando a sus seres querido y nadie les dio información o indicios de lo ocurrido.
"Ellos eran personas de bien, no se les podía tildar de colaboradores de la guerrilla, porque para esa época esta no operaba en la región", dijo uno de sus familiares.
Por su parte, José Dilio Romero Contreras, alias el Mono Dilio, aseguró que para ese tiempo él tenía 17 años y a esa edad aún no estaba en la guerra. "Yo me crié en Don Alonso y tengo constancia de que ellos eran gente de bien, no tengo conocimiento de que hayan sido de la guerrilla. Yo los conocí personalmente", dijo.
Relata que ese día él se encontraba cerca de un portillo al lado de la vía. "Me di cuenta cuando en la camioneta de la Policía que pasó por el lugar llevaban a los 3 hombres. En el momento me parecieron conocidos, al poco rato pasó un policía montado en un caballo y llevaba dos bestias más de cabresto. El policía me preguntó que si había visto pasar la camioneta, por lo que le contesté que hacía poco rato había pasado. Pocos días después me enteré de la desaparición de los tres hombres".
El Mono Dilio dijo con duda: "si no me equivoco, el apellido del comandante del puesto de la policía para esa época era Rangel". Esto fue corroborado por uno de los hijos de la víctima, quien dijo que para esa época efectivamente hubo un comandante de apellido Rangel.
El fiscal 35 Francisco Álvarez Córdoba ordenó la investigación al uniformado y recordó que este delito no tiene preclusión.
Los "exparas" afirmaron que hacer desplazar a personas, familias o pueblos no era su modalidad.
Otro caso fue el de Álvaro José Causado, a quien las Auc desaparecieron en El Piñal, corregimiento de Los Palmitos. Al lugar, queriendo saber la verdad, se acercaron hijos, hermano y otros familiares.
Uno de sus hijos señaló que estuvo la semana pasada en la versión de Juan Pablo Meza Meza, alias el Paturro, ante la Fiscalía en Barranquilla y que allí este "expara" vinculó a personal de la fuerza pública con el caso de su papá.
"El Paturro" le contestó: "Yo no lo maté. Lo hizo Rafael Antonio Guerra, acompañado de dos miembros de la Policía. Lo sacaron engañados de su casa supuestamente para hacerle algunas preguntas. Yo solo lo enterré en la finca Cuba. En el momento que lo pidan las autoridades y sus familiares los llevaré y les mostraré el lugar exacto donde quedó.
Al final de la audiencia los familiares de las víctimas manifestaron sentimientos encontrados: de dolor por lo sucedido con sus seres queridos y tranquilidad por conocer la verdad y no seguir con la angustiosa búsqueda.

80 familias se benefician de la siembra de cacao

Beneficiarios del proyecto de cacao, reunidos en El Carmen de Bolívar.LILA LEYVA VILLARREALBeneficiarios del proyecto de cacao, reunidos en El Carmen de Bolívar.Campesinos de los Montes de María participaron en la reunión de avance de resultados del proyecto Establecimiento de Cacao Asociado con Plátano, en El Carmen de Bolívar, que ejecuta Aprosucre.

Orlando Vargas Acosta, coordinador del proyecto en los municipios de San Jacinto y El Carmen de Bolívar, en Bolívar, y Ovejas y San Onofre, en Sucre, presentó ante los asistentes un informe detallado de la etapa semifinal en la que se encuentra el proyecto, financiado por la estrategia Colombia Responde.

Los 28 talleres de capacitaciones en el campo técnico, ambiental y socioempresarial que han recibido las 80 familias beneficiarias del proyecto, les va a permitir mejorar sus condiciones de vida y los ingresos familiares a largo plazo.

Vargas anunció que las 80 familias ubicadas en los cuatro municipios han recibido a la fecha 36. 900 clones de cacao, debido a la preparación de suelo que se encuentran realizando para su posterior trasplante, el cual se realizarán el próximo mes de abril.

“Estamos muy satisfechos por el recibimiento que ha tenido entre los campesinos el proyecto, hecho que nos impulsa a seguir apalancando recursos ente las Gobernaciones y las diferentes Alcaldías para hacerlo sostenible en el tiempo y contribuir a una mejor calidad de vida para ellos”, anotó Vargas.

El coordinador resaltó los resultados que en materia de impacto ambiental han logrado con el desarrollo del proceso en las zonas rurales beneficiarias, los cuales están encaminados a evitar la quema árboles, la conservación de fuentes hídricas y la conservación de los suelos, entre otros.

Agregó que los campesinos realizaron la solicitud de ampliación del proyecto para poder atender más familias campesinas que desean engrosar la lista de beneficiarios del proyecto, puesto que el cacao se ha convertido en una nueva expectativa de trabajo en los Montes de María.

Beneficiarios

Carlos Sierra Cabrera, campesino beneficiario, aseguró que con la implementación de este proyecto se está generando una nueva oportunidad en la región, la cual los está ayudando a mejorar sus condiciones de vida.

“Queremos que se amplíe la cobertura para que más familias campesinas tengan la misma oportunidad que nos brindaron a nosotros”, dijo el labriego.

Yaisir Guerra Pérez, beneficiario, agradeció la oportunidad que les brindaron para ampliar sus cultivos y pasar de los tradicionales a experimentar con otros productos que se pueden quedar en la región.

Fiesta de negritos

Por ÁLVARO BUSTOS GONZÁLEZ
Una noche de agosto de comienzos de los años 70 del siglo pasado me topé con Lucho Bermúdez en el Grill Candilejas en Bogotá. Lucho frisaba los 60 y pico de años y estaba efusivo, con su pelo lacio adherido al cráneo, peinado hacia atrás, sin camino al lado ni en la mitad. No había mucha gente en los consumos, y por esos días su agrupación, que venía precedida de una fama legendaria por sus resonantes éxitos en Latinoamérica, andaba de capa caída. Mi carta de presentación fue hablarle de Carlos Piña, con el cual yo había mantenido unos diálogos efímeros en la orquesta de Los Hermanos Martelo en Medellín, de mi afición por el porro y, por supuesto, del virtuosismo de su clarinete.
Lucho refirió las dificultades y sinsabores que tuvo al llevar sus aires tropicales al páramo. Por aquellos tiempos de epifanía en Bogotá no había oídos sino para los lamentos del tiple y algunos cantos foráneos, de modo que las prevenciones y comentarios displicentes contra los zambapalos de negritos no se hicieron esperar. El tiempo, sin embargo, le dio la razón a Bermúdez. Su música se diseminó por todo el país y hoy nadie duda de que Carmen de Bolívar sea un clásico del género.
Años después, la noche del 6 de enero de 1978, Lucho se me apareció en una habitación del Hotel Lisboa, en el cruce de la Avenida Cuauhtémoc con la calle Dr. Márquez, en la colonia Doctores del Distrito Federal. Cuando prendí el radio, mientras acomodaba mis pertenencias de recién llegado en el opaco y estrecho recinto de tonos escarlata y marrón, lo primero que sonó fue Salsipuedes. No pude dejar de sorprenderme y de alegrarme por tan curiosa coincidencia, que jamás hubiera podido prever.
Por estos días, a propósito del centenario del nacimiento de Lucho Bermúdez, encontré una versión de Fiesta de Negritos interpretada por La Integración. Luego de oírla muchas veces, de seguir nota a nota la secuencia del clarinete, la trompeta y el saxofón al tenor de la misma melodía, como si se disputaran una preeminencia, memoré sus alusiones del Candilejas, en las que sin amargura pero con altivez traslucía su desencanto por la incomprensión inicial de que fue objeto en la capital. Hoy pienso que esa pieza maestra, en la que el pájaro feliz del clarinete, el clamor de garrocha de la trompeta y el arrullo bronco del saxofón expresan el testimonio grandioso de un genio, fue un acto de venganza contra la maledicencia andina que le atribuía a sus sones el único fin de divertir a nuestros coterráneos de raza negra. No tuvo que decirles nada; sólo dejar que la inspiración de su partitura, sin ninguna voz humana de por medio, hablara por su raza y por su espíritu.
En el jubileo del centenario de nuestro ilustre compositor, es justo hacer una venia de gratitud al recién fallecido Pablito Flórez por sus creaciones (quien oiga La muerte de Nancho hallará la razón de por qué Juan Manuel Roca dijo que Pablo Flórez era el mejor poeta de Colombia, y quien le ponga atención a El gallo tapao convendrá conmigo en que el bombardino de Ramón Benítez parece un instrumento de otro mundo), a Aglaé Caraballo por sus interpretaciones y la forma auténtica en que nos hace vibrar por esta tierra, y a Juancho Torres por la extraordinaria difusión que ha hecho del porro, ejecutándolo de la mano de encumbrados músicos de orquesta y bandas sinfónicas.
Por lo que han significado para nuestro folclor, por haber utilizado el arte para conocer y divulgar las más sentidas alegrías y tristezas de nuestra gente, ellos merecen estar en el mismo panteón del gran Lucho Bermúdez. La reconstrucción cultural de Colombia, postergada por las prácticas perversas de la "payola", podría comenzar con una mirada a las cadencias y versos que sobreviven desperdigados como ángeles huérfanos en las vegas embrujadas del Sinú y en las inabarcables planicies de Bolívar y Sucre.

El Carmen de Bolívar rinde homenaje a sus hijos

Por este tiempo El Carmen de Bolívar está de moda y todo porque allí nació el maestro Eduardo ‘Lucho’ Bermúdez y por ello le rindieron homenaje para celebrarle su natalicio.
En la localidad que está a 114 km al sudeste de Cartagena de Indias no solo se recuerda a este personaje, también a otros como al escritor Néstor Madrid Malo, a la creadora de la galleta más famosa de los Montes de María, Josefa Corina; al poeta Plinio Ferrer y al artesano Georgino Palencia

Allí no solo se celebra el haber tenido a uno de los grandes maestros de la música colombiana, también se tienen festejos de caraácter religioso para rendirle homenaje a la virgen del Carmen.

Sobre la historia se conoce que en 1776 Antonio de la Torre y Miranda fundó la población de Nuestra Serñora del Carmen, reuniendo las personas dispersas de las montañas y señalando solares y construyendo una capilla.

Fueron sus primeros habitantes los Indios Melibúes, Farotos y Piletas, descendientes de Fincenúes de la gran “Familia Caribe”. El lugar que actualmente ocupa la ciudad y sus contornos, constituyeron el antiguo territorio del poblado que llevó el nombre de “María la Alta”.


Historia del músico

Luis Eduardo Bermúdez nació en el 25 de enero de 1912 en El Carmen de Bolívar y murió el 23 de abril de 1994 en Bogotá. Es considerado el compositor e intérprete musical más representativo de la música colombiana.

sábado, 28 de enero de 2012

Lucho Bermúdez

ALBERTO ABELLO VIVES

El 25 de enero se conmemoró el centenario del nacimiento de Lucho Bermúdez en el Carmen de Bolívar. Durante todo el día se realizaron eventos organizados por la alcaldía local con la participación de la gobernación de Bolívar, la Universidad de Cartagena y el ministerio de Cultura. Los carmeros escucharon la transmisión de las palabras del presidente de la República, y la ministra de Cultura hizo, al igual que el gobernador del departamento, importantes anuncios. El año 2012 será el año del músico, compositor, arreglista y director Lucho Bermúdez; los conciertos nacionales del 20 de julio le rendirán homenaje y se creará en su Carmen natal una escuela de música que llevará su nombre. Ese día también, los medios de comunicación para recordarlo se tomaron la casa donde nació y le mostraron al país las aún precarias condiciones materiales de vida en esa tierra de amores.

Merecido homenaje a esta enorme figura de la cultura que aporta con toda su fuerza y riqueza a la consolidación de un imaginario sonoro nacional. Él y sus contemporáneos al irrumpir desde el Caribe en el escenario musical rompieron los moldes de la llamada en ese entonces música colombiana, cargada de pasillos, guabinas y bambucos, estudiantinas y pasodobles.

Proveniente de una región aislada y empobrecida donde habitaban esas “gentes de tierra caliente”, amantes de la “estridencia y los ritmos salvajes” a la manera de los estereotipos construidos desde los Andes, la música de Lucho ayuda a construir otro proyecto de nación. Un país que incluye a los excluidos, que acepta y acoge una mayor diversidad cultural. Un país que se pone a tono con lo que ocurre en el mundo en su momento pero que al mismo tiempo le apuesta a la memoria, sin momificar la tradición. Su éxito, con las renovaciones implícitas en sus músicas, podría interpretarse como la alegre venganza de los “costeños” ante el desprecio andino a sus culturas.

A Lucho Bermúdez le toca vivir un país que se transformaba. La creciente urbanización de Colombia, el nacimiento de la industria discográfica, la aparición de la radio y las emisoras, el mercado de los “transistores” y radiolas de fácil acceso que permitió tanto la popularización de estos aparatos como la circulación de los nuevos sonidos. Resulta difícil imaginarse la grandeza de este compositor sin los cambios que traía la época.

Es un ejemplo de excelencia que llevó a la cumbre la música colombiana y le otorgó reconocimiento internacional. Las orquestas de salón armadas a partir de las bandas de vientos del fandango y el festejo, con el nuevo formato que se imponía en Norteamérica, se ganaron el aprecio del país que supo bailar su repertorio.

Además de reconocer con los homenajes la importancia de Lucho Bermúdez en la música, el país puede repasar las lecciones que dejaron su vida y su obra. Si el general José Padilla fue la gran figura caribeña del período de la independencia, Lucho Bermúdez lo fue en el siglo XX.



*Profesor universitario



albertoabellovives@gmail.com

Lucho Bermúdez, un músico con muchas formas

Todas las formas de Lucho
Matilde Díaz, con quien Lucho estuvo casado, fue la voz y el rostro de sus grandes éxitos.
Foto:

Su obra sigue siendo uno de los aportes más representativos de la música del país.

Lucho Bermúdez fue consciente de su lugar en el mundo. Se sabía par de Rafael de Paz, de Dámaso Pérez Prado, de Ernesto Lecuona. Y por eso podía decir quién guardaba deudas con su arte. "Quiero que usted sepa que (Eduardo) Armani nunca me dio nada", le dijo un vehemente Luis Eduardo Bermúdez a su biógrafo, José Portaccio Fontalvo, en referencia al director de orquesta argentino que también hizo del porro y la cumbia su carta de presentación, según cuenta en su exhaustiva investigación, Carmen de Bolívar.

"Yo sí le di a él todo lo que necesitó cuando yo estuve en Buenos Aires", remataba. Y, de esa manera, el músico explicaba quién era hijo de quién.

Difícilmente se encuentra uno con una foto de Lucho Bermúdez que no lo presente con elegante corbatín y gruesos anteojos. Más allá de una iconografía visual, en ambos elementos podrían estar reflejados los intereses por los que propendió el músico bolivarense: la inquietud por llevar hasta los grandes y finos salones de baile del interior de Colombia una música normalmente vista con respingo en esas mismas ciudades.
Y, por otra parte, más allá de compartir instrumento, siempre estaba bien que otro rasgo externo, en este caso las notorias gafas, lo hermanara con una de sus mayores influencias en vida, el clarinetista de jazz Benny Goodman, de quien se consideraba émulo y alumno en la distancia.

Hacia 1965, en Buenos Aires y con el apoyo de músicos argentinos, Lucho Bermúdez compuso y grabó un tema llamado Maqueteando, catalogado por el mismo creador como 'gaita-jazz'.

Aunque pocas veces usó deliberadamente ese rótulo para referirse a una creación suya, para nadie es un secreto la existencia de elementos formales provenientes de la gran tradición norteamericana en su obra, no solo reflejada en la presencia de improvisaciones y síncopas, sino en el interés por preservar hasta los últimos instantes de su vida una formación de estilo big band, una densidad orquestal difícilmente manejable hoy, cuando la economía afecta directamente todo emprendimiento estético.

Eran otros tiempos los que corrían cuando el Caribe colombiano estaba inundado de bandas, pero musicales. Y Lucho Bermúdez, joven aprendiz de vientos que compuso su primera canción a los 9 años, iba de pueblo en pueblo, de voz en voz, siendo el aspirante más joven a llevar la batuta de cualquiera de ellas. Empezó humildemente como impúber conductor de la Banda del Batallón Córdoba en Santa Marta -como bien lo registra Portaccio en Carmen de Bolívar, Lucho Bermúdez (1997)- hasta lograr conformar la suya propia, la Orquesta del Caribe, en un estilo más tropical que marcial, en 1939, a sus 27 años. Y como si se tratara de un detonante para la inspiración, a la posibilidad de tener por fin conjunto propio seguiría la inspiración infatigable. Y los éxitos.
Marbella, Borrachera y el mapalé Prende la vela fueron los primeros.

De esa última pieza, con letra de Ramón de Zubiría, vale la pena decir que sorprende su condición deliberadamente desnuda y vernácula, un dechado de percusión mil veces reinterpretado por folcloristas como los Gaiteros de San Jacinto, la Cumbia Soledeña, Totó la Momposina, a pesar de haber nacido con los ropajes de una moderna big band. Mención aparte cobra su también recién nacido himno Carmen de Bolívar. Luego vendría lo demás:sus diferentes orquestas y cantantes, las giras internacionales, sus ritmos tumbasón y patacumbia, sus más de mil composiciones y la inmortalidad.

Cumbia de frac 
Bermúdez nació el 25 de enero, hace 100 años. Y como si se tratara de una excepción a la muy colombiana regla, es uno de los pocos baluartes que no solemos recordar únicamente cuando las fechas lo ameritan. Pocos artistas tan recurridos en nuestras fiestas y jolgorios. Pocos nombres como el suyo se nos vienen tan instantáneamente a la cabeza cuando alguien pregunta quiénes somos, de qué país venimos.

En entrevista para la Radio Nacional, el periodista Andrés Salcedo, a quien Lucho Bermúdez le grabó el paseo Tierra mía, en la década del 60, recordó la importancia del director de orquesta como el hombre "que vistió de frac a la música del Caribe".

Probablemente solo de esa manera, poniéndole al sonido de la cumbia y la gaita las ropas elegantes que él mismo ostentaba frente a su orquesta, podría haber logrado Bermúdez el milagro de que una fría Bogotá, una pacífica Cali, una autorreferencial Medellín voltearan la mirada hacia el sonido bailable, melodioso y frenético que flautas de millo, gaitas y acordeones habían logrado crear, pero no exportar.

Ese mismo milagro se repetiría en la escena de Eugenio Nóbile y Eduardo Armani ofreciéndole sus músicos para conformar una orquesta de porro, cumbia y gaita en Buenos Aires. O en la de verse dirigiendo, en La Habana, a los Lecuona Cuban Boys, por solicitud del mismísimo autor de Siboney y mentor de la agrupación, Ernesto Lecuona.

O en la imagen de una joven cantante, de nombre Celia Cruz, esperando en la entrada de un hotel al maestro y a su esposa, Matilde Díaz, a quienes solía escuchar y admirar por obra y gracia de la radio de onda corta.

Curiosamente, que la música caribe hubiera salido de su epicentro de esta manera hizo que las generaciones posteriores de músicos, pasado el auge de las big bands, se concentraran en reconocer los patrones primigenios de la cumbia, el porro y la gaita, en busca de aquella raíz que Lucho y sus contemporáneos Pacho Galán y Edmundo Arias se dieron a popularizar.
La música realizada en las capitales a partir de esos elementos (con nombres como Mojarra Eléctrica, Puerto Candelaria o La Cumbiamba Eneyé) y las recientes compilaciones de cumbia colombiana, por sellos extranjeros como Vampisoul de España o Soundway del Reino Unido, son una prueba de un apogeo que no es nuevo, pero cuyo fin no se ve venir en el corto plazo.

Lucho Bermúdez, decimos, fue consciente de su lugar en el mundo. Tal vez lo que no sabía es cómo estaba describiendo su propia música en la letra de ese himno nacional paralelo que es Colombia tierra querida. Porque esa música, como este suelo, "es una oración y es un canto de la vida".

* Jefe musical de la Radio Nacional de Colombia.
Hasta en italiano
Probablemente, de cuantas rarezas se le hayan endilgado a Lucho Bermúdez, acaso lo más recóndito de su producción sean las versiones en italiano que grabó de su 'Danza negra' y del clásico de Rafael Campo Miranda 'Playa, brisa y mar', rebautizado como 'Spiaggia'. Registradas en la década del 60, ambas piezas fueron incluidas en un trabajo cuyo objetivo fue llevar la música del país hasta el público italiano, iniciativa de Vittorio M. Pastorelli, profesor del Instituto Colombo-Italiano de Bogotá. El cantante de la orquesta, Henry Castro, se vio obligado a aprender las traducciones del propio Pastorelli, que fueron incluidas finalmente en un álbum de varios intérpretes que se llamó 'Smeraldi Musicali di Colombia'.
Jaime Andrés Monsalve B. *

viernes, 27 de enero de 2012

Fiscalía realiza primeras imputaciones por robo de tierras de Los Montes de María

Por: RCN La Radio
La Fiscalía sometió a la justicia a los primeros funcionarios públicos, por la adjudicación irregular de tierras en la zona de los Montes de María,
La Fiscal Viviane Morales señaló que el ente acusador está tras la pista de funcionarios públicos que realizan registros fraudulentos en el país.

"En el caso de los Montes de María se han recibido 23 interrogatorios a servidores públicos, con imputación a 6 notarios y una ex registradora"

Por otra parte, manifestó la Fiscal General, que las investigaciones avanzan a buen ritmo en materia de tierras adjudicadas presuntamente a particulares, destinadas para los desplazados por la violencia.

"En los casos de participación de funcionarios en los temas de registro y de transpaso de tierras, y despojo de personas desplazadas, se han iniciado investigaciones en la Fiscalía", dijo Morales.

Museo gráfico también para Lucho Bermúdez

Luis Eduardo Bermúdez más conocido como Lucho Bermúdez.Luis Eduardo Bermúdez más conocido como Lucho Bermúdez.
El Carmen de Bolívar. Como muestra de la inmensa riqueza musical que cultivó por todos los rincones del territorio nacional y por ser considerado uno de los más grandes compositores, clarinetistas e
Judith Pinedo Flórez, exalcaldesa de Cartagena y miembro del grupo promotor departamental, anunció que este es un trabajo que busca rendirle un homenaje a Lucho Bermúdez, por su obra y de paso conocer su vida.
"Queremos que se genere una línea museográfica que arranque desde El Carmen de Bolívar con la Casa Museo de Lucho Bermúdez, pero que tenga presencia también a nivel nacional, con el fin de que toda ese trabajo musical pueda estar al alcance de todos los colombianos", dijo Pinedo.
Así las cosas, para la celebración del natalicio de Bermúdez, el comité promotor realizará un espectáculo para generar un sentido de pertenencia de parte de los carmeros hacia la música y obras del maestro.
Eventos
Desde muy tempranas horas se realizará la tradicional alborada musical, seguida de una eucaristía en las instalaciones del Santuario Nuestra Señora del Carmen.
Luego se llevará acabo un conversatorio sobre la historia musical de Bermúdez y terminará con la presentación en tarima de las orquestas de Lucho Bermúdez, de la Universidad de Cartagena, la Big Band Show y la Kalamary Big Band de Cartagena.
"Buscamos que el homenaje sea integral para la recuperación de la historia musical y el posicionamiento de sus melodías, las cuales se harán a través de rutas musicales que están trabajando", afirmó la exalcaldesa.
Recalcó que para este año fueron aprobados varios festivales que van a ser alrededor de la obra musical y el nacimiento de Bermúdez. "Esperamos que los que aún no se han pronunciado lo hagan, para que tengan esa presencia tan importante".
Nacimiento
Lucho Bermúdez nació en este municipio el 25 de enero de 1912 en el hogar de Luis Bermúdez e Isabel Acosta.
Se distinguió como prestigioso intérprete del flautín, flauta, trombón de vara, bombardino, trompeta, saxo alto y clarinete que fue su instrumento preferido.

100 años de recordación para Lucho Bermúdez

Francisco Vega, alcalde del Carmen de Bolívar comentó para Radio Nacional en el programa “El atardecer”, acerca del homenaje y la conmemoración que se llevó a cabo por lo 100 años de historia y recordación que dejo el maestro Lucho Bermúdez.

La acogida por parte de la gente fue excepcional, ya que no solo asistieron los habitantes del sector sino también seguidores provenientes de todo el país a presenciar la placa insignia hecha para el cantautor. El homenaje se llevo a cabo en la casa de cultura, con presencia del ministerio de cultura y la gobernación de Bolívar, asevero el alcalde.

En los próximos días se realizará la inauguración de un salón en la casa de cultura, cuyo nombre es “LUCHO BERMUDEZ” y contiene instrumentos,
partituras, trajes y demás elementos que algún día fueron fuente de inspiración para el maestro.