domingo, 18 de septiembre de 2011

Parió en el monte y abandonó al bebe

Por: Juan Carlos Cerón M
Una menor de 15 años de edad, quien ocultó los nueve meses de embarazo, tuvo a su hijo en secreto y lo abandonó a su suerte en zona rural de San Jacinto, Bolívar.


Simulando fuertes dolores abdominales por un aparente estado menstrual, la adolescente, acompañada de su padre llegó al centro asistencial.

“Recibimos una paciente de 15 años de edad que llegó al servicio manifestando que tenía un sangrado vaginal coincidente con su periodo menstrual, que le había venido el día de ayer y que el día de hoy había sido muy abundante y por eso consultaba”, dijo María Piedad Montes Castro, médico rural.

Sin embargo, los especialistas advirtieron que se trataba de otra cosa totalmente diferente.

“Al momento de pasarla a una sala ginecológica y revisarla, nos dimos cuenta que el caso iba mucho más allá. La paciente presentaba lesiones en vagina que indicaban pues, que algo había pasado por su conducto. Interrogamos a la paciente, le preguntamos acerca de sus antecedentes. En todo momento negó haber estado embarazada pese a que todo indicaba que había dado a luz”.

Horas después, al mismo centro asistencial ingresó el administrador de una finca con un recién nacido en sus brazos todavía adherido a la placenta por su cordón umbilical.

“Un joven, llegó al servicio manifestando que se había encontrado a un bebé abandonado en un potrero a las afueras del pueblo, en una finca donde labora. El bebé llegó en estado regular, bastante frio, un poco hipotérmico, unido a la placenta por su sordón umbilical. Procedimos a atender al bebé”, dijo la médico rural.

La adolescente, al ver al infante, con su cuerpecito lleno de hormigas, no pudo mantener la mentira y admitió que era su hijo.


“Tenía miedo a que yo la regañara”: Papá.

Augusto Blanco Blanco, un campesino de la región y padre de la menor, aseguró que su hija lo engaño todo el tiempo.

“Salimos de allá a las 4 de la mañana en un burro, la traje y llegando a la Esmeralda, me pidió permiso que iba a ensuciar y a orinar, porque ella ya se agachaba a orinar y no orinaba, entonces, por eso me la traje”.

Dijo que una vez salió del monte, no quiso montar más en burro.

“Cuando salió, ya salió sangrando, no quiso montar más y se vino de a pié hasta la casa de La Esmeralda, ahí se bañó y se cambio de ropa. Cogió una moto y se vino adelante”.

El padre de la adolescente y abuelo del recién nacido, aseguró que nunca le dijo sobre su estado por miedo a que la regañara.

“Ella me comentó aquí te tenía miedo a que yo la regañara. Por qué, si todo eso es necesario. Aja, eso hay que aceptarlo”.

La menor, fue dejada a disposición de la autoridad competente.

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