Eso era antes. Porque ahora los Montes de María han sido concebidos y poseídos con pecado. Con el pecado cometido por grupos armados que impusieron su ley y su precio, el precio que les dio la gana por la tierra.
Hay muchas ironías en torno al nombre de esa rica y estratégica región enclavada en los departamentos de Bolívar y Sucre. Son tierras fértiles que han sido objeto en las últimas dos décadas del colonialismo avasallante de un sector armado, compuesto en buena parte por miembros de grupos violentos de origen paisa.
De tal manera que los clásicos Montes de María, otrora prósperas tierras de aguacates y sembríos, de cantos y gaitas, se vio manchada por un sector que impuso a sangre y fuego su ley y obligó a cientos de familias a vender a precios irrisorios generosas tierras donde los frutos crecían silvestres. Por eso se les llama también los Montes de Eh! Ave María, aclarando que no es ese laborioso sector de la antioqueñidad la responsables de este ultraje feudal que de manera ilícita se apropió de miles de hectáreas.
Ocurre que en los últimos meses se ha descubierto un manual de trucos legales creado y utilizado para despojar de las tierras a los campesinos. Los autores de estos delitos son funcionarios del Incoder y de las oficinas de Registro e Instrumentos Públicos de los municipios ubicados en esa región.
Miles de campesinos han sido desplazados de sus tierras, que suman 37 mil hectáreas y cuyos costos superan los $200 mil millones. El paramilitarismo fue el principal causante de las desmovilizaciones, con el apoyo de grupos cómplices aprovechados de posiciones privilegiadas que obligaron al campesinado a vender a precios de gallina flaca, lo que todo el mundo conocía como tierras benditas.
Entre otras perlas se supo que un predio pudo ser comprado a bajo y precio por la presión del rifle en el cuello, pero además muchos predios fueron adquiridos con documentos falsificados. En el ojo del huracán están las oficinas de Cartagena, Carmen de Bolívar, María la Baja y Zambrano, en Bolívar y las de Sincelejo, Corozal, Ovejas y San Onofre, en Sucre.
La investigación destapó la olla podrida de 10 movimientos fraudulentos, entre ellos la falsedad en resoluciones y nueve cabezazos más, de esos que sabe dar la mafia criolla y la corrupción campante. De un tacazo una persona identificada como Álvaro Echeverría compró 4.650 hectáreas. Otra más, Manuel Medina Muñetón, adquirió 9.613. Y la lista es interminable, como es el rosario de pecados cometidos en los Montes, vaya usted a saber de qué.
Por Humberto Mendieta
humberme@yahoo.com
De cuando aca el campesino de la zona baja ha tenido tierras, esas de que se abla se la arreabataron por medio del terror , oscuros invasores a sus legitimos dueños,vease distribucion de tierra antes de los desplazamientos de jesus del monte y bajo grande año 1997. hicieron cola para vender lo que no habian comprado y hoy se quejan porque no tienen tierras que ironia y los desplazados por ellos que nacieron y se criaron no tienen derecho. en estos dias invadieron personas del uraba y el choco una finca y reclaman ayuda gubernamental.
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