Ninguna de las 26 familias que conforman La Pelona, una vereda de San Onofre, Sucre, fue exenta de la violencia. De hecho tuvieron que dejar su terruño por hostigamiento de los grupos armados al margen de la ley.
Pero las familias retornaron a sus hogares con el ánimo de reconstruir su propia identidad, y con la intención de no salir nunca de allí. Para ello, 22 personas de esta comarca se capacitaron en terapia psicosocial. Ellos ayudan a sus coterráneos a sobrellevar la situación de cruda violencia.
Amparo, una las víctimas, cuya tristeza no le permitía ni salir de su casa, hoy también participa en jornadas de terapia que brindan sus vecinos, los promotores.
Los eventos son organizados por la misma comunidad con el apoyo de Colombia Responde y la Pastoral Social de Sucre. En ellas la gente cuenta historias de vida, su autoestima devastada. El perdón y la comunicación se utilizan como alternativa para derrotar el desconsuelo que produce el conflicto armado.
Rosember Barón, uno de los promotores dijo que: “la comunidad llega para reflexionar y buscar estrategias que les permitan reconstruir su propia identidad, pero también recobrar la forma de vida que tenían antes que llegará a sus hogares la violencia armada.”
La violencia armada no es la única que se ve en esta zona. Igualmente existen casos de violencia de género e intrafamiliar.
Sin embargo “también hay hombres y mujeres dispuestos a servir voluntariamente, ganas de seguir adelante y de liderazgo entre la comunidad”.dice Hilda Castellanos, coordinadora del programa Psicosocial de la estrategia Colombia Responde. Programa que presta su ayuda a varias comunidades en los municipios de San Onofre, Ovejas, El Carmen de Bolívar y San Jacinto.
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