98 estudiantes del colegio Buenaventura Aguilar Charry, sede de la Institución Educativa Giovanni Cristini, en la vereda El Bledo, de El Carmen de Bolívar, se quedaron sin computadores para recibir clases de informática, por culpa de los ladrones.
‘Los amigos de lo ajeno’ hurtaron 3 computadores el domingo pasado, refiere Arquímedes Mendoza Arroyo, coordinador del plantel educativo.
Según el educador, los rateros violentaron los ventanales de la sala de informática y se robaron los 3 equipos que servían, de 6 que hace 2 años donó el programa Computadores para Educar.
Mendoza Arroyo no se explica por qué la Policía no se percató del robo, en vista de que la escuela sólo está a 7 kilómetros de la cabecera municipal.
“El año pasado cuando el programa Computadores para Educar le donó al plantel educativo esos computadores, el Gobierno Municipal se comprometió salvaguardarlos, pero no cumplió”, comenta el Coordinador del colegio.
Señala que los protectores de las ventanas no fueron colocados, debido a que la Alcaldía nunca gestionó los 600 mil pesos que costaban para blindar la sala de informática.
El robo fue denunciado ante la Inspección de Policía Municipal.
“Que hayamos denunciado no quiere decir que se vayan a recuperar los equipos, pero con esto advertimos que los niños no tienen computadores para recibir las clases de informática”, manifiesta el docente.
No hay docentes
A parte de denunciar el robo de los computadores, el Coordinador indica que faltan 4 docentes, para esa sede educativa que atiende a 98 estudiantes desde preescolar hasta octavo grado de bachillerato.
“Este problema que es de conocimiento de las autoridades departamentales y municipales, porque desde el inicio del calendario escolar 2012 lo manifestamos, pero hasta el momento no hemos encontrado una respuesta”, cuenta Mendoza.
Deterioro
Las precarias condiciones de la infraestructura de la institución es otra preocupación.
A diario los educadores, estudiantes y personal administrativo su integridad física, debido a que las paredes están tan frágiles que se pueden caer.
“Cada día en esa sede estudiantil las cosas están peores, aún no se ha construido una batería sanitaria que necesitamos y los estudiantes tienen que ir hasta el monte a hacer sus necesidades fisiológicas”, manifiesta Arquímedes Mendoza Arroyo.
‘Los amigos de lo ajeno’ hurtaron 3 computadores el domingo pasado, refiere Arquímedes Mendoza Arroyo, coordinador del plantel educativo.
Según el educador, los rateros violentaron los ventanales de la sala de informática y se robaron los 3 equipos que servían, de 6 que hace 2 años donó el programa Computadores para Educar.
Mendoza Arroyo no se explica por qué la Policía no se percató del robo, en vista de que la escuela sólo está a 7 kilómetros de la cabecera municipal.
“El año pasado cuando el programa Computadores para Educar le donó al plantel educativo esos computadores, el Gobierno Municipal se comprometió salvaguardarlos, pero no cumplió”, comenta el Coordinador del colegio.
Señala que los protectores de las ventanas no fueron colocados, debido a que la Alcaldía nunca gestionó los 600 mil pesos que costaban para blindar la sala de informática.
El robo fue denunciado ante la Inspección de Policía Municipal.
“Que hayamos denunciado no quiere decir que se vayan a recuperar los equipos, pero con esto advertimos que los niños no tienen computadores para recibir las clases de informática”, manifiesta el docente.
No hay docentes
A parte de denunciar el robo de los computadores, el Coordinador indica que faltan 4 docentes, para esa sede educativa que atiende a 98 estudiantes desde preescolar hasta octavo grado de bachillerato.
“Este problema que es de conocimiento de las autoridades departamentales y municipales, porque desde el inicio del calendario escolar 2012 lo manifestamos, pero hasta el momento no hemos encontrado una respuesta”, cuenta Mendoza.
Deterioro
Las precarias condiciones de la infraestructura de la institución es otra preocupación.
A diario los educadores, estudiantes y personal administrativo su integridad física, debido a que las paredes están tan frágiles que se pueden caer.
“Cada día en esa sede estudiantil las cosas están peores, aún no se ha construido una batería sanitaria que necesitamos y los estudiantes tienen que ir hasta el monte a hacer sus necesidades fisiológicas”, manifiesta Arquímedes Mendoza Arroyo.
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