Correa Rojas hace parte de la “Fundación Saber Ser”, que desde hace más de 6 años trabaja con 115 docentes en 152 escuelas de 63 veredas de los Montes de María, pertenecientes a municipios como El Carmen de Bolívar, San Juan Nepomuceno, San Jacinto y Córdoba, en donde enseñan a 2.600 alumnos entre niños y adultos.
Igualmente, desarrolla ese trabajo con niños y jóvenes infractores de la ley en Asomenores, que este año graduó su tercera promoción de bachilleres, quienes han encontrado facilidades para ingresar a la universidad en las carreras de su preferencia.
La misma fundación produjo los primeros bachilleres en la población de El Salado, famosa en el país por la masacre perpetrada por grupos al margen de la ley, que provocaron el éxodo de los nativos hacia diferentes sitios del Caribe colombiano.
En este aspecto, dice la profesora Idalid Correa que la Fundación Saber Ser también ha sido participativa, “pues por nuestras gestiones hemos ayudado a los gobiernos nacional, departamental y local a que los campesinos regresen a sus veredas y se incorporen a sus tareas de siempre buscando la superación, por encima de los recuerdos de la violencia”.
La labor de Saber Ser fue exaltada en 2010 por la página web del Ministerio de Educación Nacional.
Rescate de tradiciones
Cabe destacar que la fundación también ha rebasado el ámbito educativo para ocuparse del rescate de las tradiciones culturales de los Montes de María.
Fue así como en este año que termina, durante las fiestas patronales de El Carmen de Bolívar, se rescató la cabalgata de caballos de palo con la participación de entre 300 y 400 niños del municipio y de las veredas.
En medio de esas celebraciones también se pusieron en marcha el festival del dulce, las artesanías y el “Festival de la burra carmera”.
“Este último —explica Correa— fue motivado por la paulatina desaparición de las burras en los Montes de María y por el desplazamiento que ha ido sufriendo el burro en el Caribe colombiano, siendo reemplazado por la motocicleta”.
Sin embargo, a pesar de tantos adelantos tecnológicos que viene ofreciendo el siglo XXI, la Fundación Saber Ser debió abrir una puerta nueva para los niños de esos territorios.
“Un día, con bastante asombro, descubrimos que en las veredas de los Montes de María había muchos niños y jóvenes que ni siquiera conocían sus municipios, nunca habían visitado a Cartagena, no conocían el mar, ni habían entrado a una sala de cine. De manera que logramos reunir a unos 200 este año y los trajimos a Cartagena para que vieran con sus propios ojos ese mundo nuevo”, relatan los de la Fundación.
Para el próximo año, la fundación tiene previsto seguir colaborando con las autoridades del departamento y de los municipios en el rescate de jóvenes en riesgo, pero también en la integración de más veredas al proceso educativo, pese a las condiciones geográficas que suelen mostrarse adversas, sobre todo en las temporadas invernales.
En cuanto a los jóvenes de Asomenores, los docentes revelan que el trabajo ha ido dando sus frutos, sobre todo en la parte sicológica, mediante la cual se les ha inculcado el compromiso de la superación personal y el abandono de los malos caminos.
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