Años atrás, para esta mujer del Carmen de Bolívar, descomplicada y serena, el estar frente a una cámara para todo el país, era un sueño. Para muchas personas de su alrededor era algo imposible, para ella era una meta que debía alcanzar. “Siempre se debe pensar que Dios tiene cosas buenas para nosotros. Las dificultades son oportunidades; no nos debemos angustiar. Yo soy una pelada de un pueblo que no tiene agua y que a nivel de educación no es el mejor, pero tenía en claro que quería ser una excelente presentadora y periodista, así que busqué los medios para lograrlo y decidí estudiar y prepararme para eso”.
Yalena realizó sus estudios profesionales en Barranquilla, donde dio sus primeros pasos como periodista en Radio Libertad y el programa musical “El show de la salsa”. Pero fue en City Tv, donde trabajó siete años, que se dio a conocer. “En City Tv yo arranqué mi carrera desde abajo: fui presentadora comercial, después me dieron secciones de programas, luego pasé al noticiero y de allí me dieron un programa… Esa fue mi especialización en Bogotá, porque pude aprender muchísimo”.
Hace once años que esta presentadora vive en la Capital. Aunque asegura haberse acostumbrado al frío, no deja que pase un mes sin sentir el calor de la tierra que la vio nacer. A pesar de ser una imagen pública, no deja atrás la sencillez y humildad que la caracterizan, como tampoco su acento costeño. Al principio, cuando llegaba a visitar a su familia a Carmen de Bolívar, debía esconderse porque todos sus vecinos querían saber sobre el mundo de la televisión, los famosos y tener una foto con ella. Ya el tiempo ha normalizado las cosas y Yalena puede disfrutar de una buena conversación con sus amigos en la puerta de su casa, sin maquillaje y hasta descalza, pues nunca ha tenido ínfulas de diva. Ella se considera una buena hija, novia, tía, una persona estudiosa, alegre, cariñosa y muy creyente.
Su llegada a Bogotá no fue repentina ni por casualidad, pues desde que tenía 15 años deseaba ser modelo, una idea que para sus conocidos era alocada, pues a diferencia de lo que es ahora, era una niña que pasaba por desapercibida debido a su contextura extremadamente delgada, lo que la hacía sentir como un “patito feo”. Pero el patito se convirtió en cisne, y durante año y medio ejerció el modelaje, lo que la ayudó con sus gastos personales. “Cuando le pedí a mi mamá que me dejará estudiar modelaje, ella me puso como condición que ingresara a la universidad. Al terminar la carrera, ella pensó que se me había olvidado el acuerdo, pero lo tenía muy presente. Le reclame mi regalo y me vine a Bogotá a estudiar modelaje, luego hice diplomados y especializaciones referentes a mi profesión”.
Para esta mujer trigueña, alta y de ojos castaños el ser modelo sólo fue algo más que se propuso y logró, pues su enfoque está en la presentación y el periodismo. Día a día trata de dar lo mejor en su trabajo, crecer profesionalmente y consolidar un nombre para futuros proyectos. Es por eso que una noticia de último minuto nunca la toma por sorpresa. Ella siempre está preparada y lleva consigo una cartera en la que guarda un material con la investigación personal de los personajes más destacados y que en cualquier momento pueden ser noticia; se trata del “bolsito del hechicero”. “Los productores le han colocado así, porque cuando pasa algo de última hora, yo saco mis hojas y empiezo a leer mi investigación. Yo tenía previsto que a Gadafi lo iban a coger, entonces tenía unos apuntes con su biografía: desde cuando habían iniciado las revoluciones, todo lo relacionado con él. Otras investigaciones son de Cano, los Nule, Mandela, Fidel Castro… porque no es sólo presentar, es saber qué vas a informar”.
Esta costeña, cuya comida favorita son los patacones, desde hace dos años y medio tiene una relación con el director de videos barranquillero Gustavo Camacho. Aunque él vive en Miami y ella en Colombia, el noviazgo se mantiene firme. “Mi novio tiene un trabajo en el que él dispone de su tiempo y la mayoría de los videos los realiza aquí, entonces lo máximo que hemos durado separados en este tiempo de novios han sido 15 días”.
Aunque tiene planeado casarse y tener hijos, aún no hay fecha para boda. Yalena Jácome confía en los planes que Dios le tiene guardados y, mientras estos llegan, continúa comprometida con su trabajo sin descuidar lo que más ama: su familia, sus amigos y su pareja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario