miércoles, 28 de diciembre de 2011

Un año malo se despide


Año de mala onda, de poca risa en el mundo porque hubo miedo hasta en los ricachones.

Que se acabe rapidito este año y que le vaya bien. Año de mala onda, de poca risa en el mundo porque hubo miedo hasta en los ricachones. Le fue bien a don Juan Manuel Santos, lo califico con 4,1 sobre 5. Mucha gente sensata le pone 4,5 y exagera; le faltó ser radical contra mucho despilfarro de impuestos. El hombre no es perezoso; va al Chocó, a Turquía y al Putumayo.
Al país de menos de tres millones al mes le fue fatal y los de salario mínimo se volvieron casi faquires. A Shakira le fue divinamente y a Petro, también. Mal año para los nervios. Hubo pánico en las clases medias del mundo. Olieron el desahucio laboral.
En Colombia, alimentarse bien es de ricos de chequera jugosa. Carísimos los supermercados. Todas las señoras que compran alimentos dicen: "Todo está por las nubes". Fatal 2011 para las carreteras construidas con arequipe y arena. El norte bogotano, zona del Chicó, calle 88, se hundió y el contratista, sabiamente, dijo: "La culpa la tuvieron el agua y el acueducto". Ese trancón vuelve en enero 12 hasta octubre.
Un año malo para Iván y Samuel Moreno, siendo ellos de familia millonaria y con puesto bien pagado; (parece, parece) que se embarcaron en un asunto feo con los Donald Trump de Sincelejo y viven una tragedia. ¡Pobre mamá, con sus fatigados 81 años y dueña de gran fortuna, tener que ver a sus muchachos en esos líos! Ese ladrillazo a las vías bogotanas hizo mucho mal a la gente durante el año.
Un 'tip' livianito: estoy a 31 grados de calor en la tierra de Lucho Bermúdez, en Carmen de Bolívar, donde saltan los gallos sobre la arena y el más cobarde se enguapetona. Hace una hora, en el bar 'Donde Tito', de este pueblo tabacalero, me tomé dos cervezas con Lulita Arango y en una mesa vimos a tres jóvenes soldados, los tres costeños. Se movían en muletas; llegaban de Bogotá, del Hospital Militar, a ver sus familias. Los tres fueron violentados por una mina guerrillera. Uno de ellos estaba ciego.
Llega el 2012 y dicen las pitonisas que vienen terremotos y 'tsunamis' y se derriten el Polo Norte y Alaska. Alerta: sobre el norte de Bogotá pueden caer los cerros encima si los siguen exprimiendo para grandes edificios.
De final, gocen la fiesta que les queda y no piensen en el futuro. Les digo "Feliz año", aunque pinte muy difícil y les suban los impuestos. De ilusión también se vive. Sigan tomando sol, que al menos quita la palidez.

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