Por: Juan Carlos Cerón M
Mas de 70 mil familias damnificadas, 36 de los 45 municipios afectados, miles de hectáreas de cultivos arrasados, centenares de cabezas de ganado muertas, pueblos enteros bajo las aguas, -como San Fernando en la Depresión Momposina o Nervití, Tasajera y El Roble, en El Guamo- cerca del 90 por ciento de la red vial terciaria intransitable, al rededor del 45 por ciento de las redes y estaciones eléctricas afectadas por deslizamientos de tierra e inundaciones y daños considerables en los centros de salud en 35 municipios, por señalar solo algunos aspectos.
Las zonas más afectadas fueron La Mojana, y la depresión Momposina en el sur de Bolívar, por la crecida de los ríos Cauca y Magdalena, parte del centro, oriente y el norte del departamento por el desbordamiento del Canal del Dique.
Un panorama completamente desolador, pero el empuje de la gente, ha logrado recuperar zonas que quedaron completamente arrasadas, pese a la escasa ayuda del gobierno Nacional.
Josefina Jiménez, es una líder comunitaria y fue quien estuvo al frente de dos albergues para damnificados por el invierno, que alojó a la población de San Fernando, que desapareció debido a las graves inundaciones.
Ella asegura, que en esa zona, el gobierno departamental y nacional solo les ha cumplido con la alimentación.
“El gobierno apenas ha cumplido en la parte de alimentación. En este momento pues tenemos unos mercados de Colombia Humanitaria que estamos entregando en el municipio, pero en lo que sí estamos olvidados es en las vías. Nuestro alcalde municipal lo único que él tiene es la maquinaria para arreglar las vías pero el gobierno nacional no ha rembolsado la plata para arreglar las vías”.
Además advierte que ya comenzaron nuevas inundaciones a raíz de la falta del taponamiento de un chorro en cercanías a Hatillo de Loba.
“Se llama el chorro de ‘William Tamayo’, queda en la población de Hatillo de Loba y esa inundación nos está afectando nuevamente porque nuestra población otra vez se está volviendo a inundar. Tiene dos kilómetros y medio de boquete y nos estamos volviendo a inundar”.
Pero para seguir con el tema del taponamiento de los jarillones afectados, en el recorrido realizado por las autoridades por el Canal del Dique, detectaron 104 chorros, de los cuales solo uno, el mas grande, está siendo taponado, Edgar Larios de la Oficina de atención de desastres.
“Apenas hemos iniciado con el chorro de ‘Las Mestizas’, que entre otras cosas es el chorro mas significativo y que nos podría generar mayor daño en nuestro territorio, de hecho estaría afectando municipios como San Cristóbal, Soplaviento y Mahates”.
Aunque la gobernación, solicitó oportunamente los recursos financieros para atender las obras al gobierno nacional, estas no han llegado en su totalidad.
“Tengo entendido que hay aprobados unos recursos iniciales, creo que unos 4 mil millones de pesos para este tipo de obras”.
El Padre Rafael Castillo, director de la corporación desarrollo y paz del canal del Dique y Zona Costera, señala que si no se toman acciones de fondo, el problema seguirá cada que llegue la temporada de lluvias.
“El temor de la comunidad es el siguiente, si usted pone un jarillón más adelante se va a reventar por otro lado y que los más importante es tener una visión integral y sistémica, asumiendo la raíz y la raíz es afrontar la cuenca del río grande de La Magdalena”.
En materia educativa, todavía hay colegios que están siendo tomados parcialmente como albergues, al tiempo que se adelantan las clases, como en El Carmen de Bolívar, según el secretario de educación Antonio Barrios Barrios.
“Actualmente tenemos en el Carmen de Bolívar, dos instituciones que están con siete familias, pero se está dando clases normalmente. En San Estanislao, el Francisco de Paula, tiene albergues, pero también se están dando clases, ya hubo albergues que se desplazaron a unos lotes que donó la Pastoral Social”.
Según el censo adelantado, en el 99 por ciento de los centros educativos se están realizando clases, aunque con atrasos en el calendario escolar.
“Se acortarían las vacaciones y se daría clases los sábados y lunes festivo para efecto de cumplir con las 40 semanas obligatorias”.
En salud, pese a que hay una brigada conformada por varias entidades con especialistas en epidemiología, enfermeras y técnicos en saneamiento, que hacen un seguimiento continuo, se registraron casos de varicela y dengue en algunos albergues que fueron controlados oportunamente.
Los albergues en su mayoría ya fueron retirados y las familias regresaron a sus casas, o a lo que quedó de ellas.
Hospitales como el de Soplaviento, Margarita, San Fernando, San Cristóbal y Mahates funcionan parcialmente, debido a la afectación de las inundaciones al igual que en por lo menos 72 puestos de salud.
Como ven, aunque se está prestando una ayuda a las familias damnificadas, aún queda mucho camino por recorren en materia de obras de mitigación post ola invernal.
La mayoría de los jarillones dañados no se han reparado y lo preocupante en este caso es que ya comenzaron a subir los niveles de los ríos Cauca y Magdalena.
Para muchos expertos, si no se toman decisiones de fondo rápido, los estragos de la próxima ola invernal podrían ser peores en el departamento de Bolívar.
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