domingo, 27 de noviembre de 2011

Una finca dentro de la ciudad

Los habitantes del barrio Villa Paz, en las tardes se sientan en las terrazas de las casas para dialogar y compartir con los demás vecinos.Los habitantes del barrio Villa Paz, en las tardes se sientan en las terrazas de las casas para dialogar y compartir con los demás vecinos.
Sincelejo. Hablar de Villa Paz, es hablar de refugio, de tranquilidad, de sosiego, de quietud...
Ese apacible sentimiento hizo que varias familias --por los aciagos momentos de la violencia, año 2000, en los Montes de María-- llegaran allí.
Centenares de personas fueron desplazadas de los municipios de Colosó, Toluviejo, Macayepos y el Carmen de Bolívar. Muchas llegaron a Sincelejo y se instalaron en plazas, parques y calles, porque quedaron sin techo.
En el 2002, una colosoana, Marta García, funcionaría de la Gobernación de Sucre se condolió de sus coterráneos y empezó a buscarles ayudas.
Entre las damnificadas estaba Yaquelín Calle, hoy habitante de Villa Paz. Ella recordó que luego de varias gestiones con ONG y la Administración Departamental, varios de los desplazados lograron comprar 2 hectáreas de tierra de una finca de la familia Nule, para construir, en 27 manzanas, 302 viviendas, cada una con 2 alcobas, baño, sala, comedor, cocina y patio, repartidas en 27 manzanas.
Sonia Posada, líder del barrio, relató que el 2 de marzo de 2005, en un acto inaugural el entonces gobernador Jorge Anaya entregó las llaves de las viviendas a varias familias.
Hoy Villa Paz, reúne alrededor de 300 familias, un 90 por ciento proveniente de Colosó.
El agricultor Agilio Cárdenas, que reside en Villa Paz, relató que aprovechó una zona enmontada para cultivar plátano, yuca, ñame, guayaba, mango y ají. Hoy, después de algunos años, la cosecha la comparte con los vecinos
Guerra y paz
Los residentes del barrio dicen que viven allí en sana paz, donde todas las mañanas se levantan recordando que gracias a Dios esa época de guerra quedó en el pasado y hoy en Villa Paz, habitan con dignidad.
En el barrio hay un caney que fue habilitado como parroquia. Los niños juegan en las calles sin temor mientras que los adultos se reúnen a la sombra de frondosos árboles, cerca de un arroyo, a jugar dominó.
Otros se sientan en las terrazas de las casas para dialogar, mientras que algunos, como en los viejos tiempos, arrean agua de sectores lejanos hasta sus viviendas.
Dicen que Villa Paz es una finca dentro de la ciudad, toda vez que es un sector arborizado y rodeado de verdes montañas que hacen de este un barrio campestre. Aunque carecen de escenarios deportivos, servicio de agua potable y colegios las familias dicen que no cambian a Villa Paz por nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario