lunes, 21 de noviembre de 2011

Centro Educativo de El Salao gradúa su primera promoción

Centro Educativo de El Salado, cuyo énfasis en la técnica agroindustrial. 
JULIO CASTAÑO
Centro Educativo de El Salado, cuyo énfasis en la técnica agroindustrial.
Para Reynaldo Urueta Restrepo, joven de 18 años, terminar el bachillerato en la primera promoción del Centro Educativo de El Salado es una dicha, pues ante tantas dificultades nunca pensó llegar a esa meta.

Urueta Restrepo, líder del grupo de graduados, dice que lo importante no es terminar, sino continuar. Por eso espera que el Gobierno le brinde, a él y a sus compañeros, la oportunidad de hacer realidad el sueño de todo bachiller: estudiar una carrera en una institución de educación superior.

“Ojalá que las autoridades nos tengan en cuenta, ya que El salado fue una zona azotada por la violencia y hace falta que nos ofrezcan beneficios para salir adelante, como becas, y así estudiar Administración de Empresas, Veterinaria, Fisioterapia o Ingeniería de Sonido”, manifiesta el bachiller.

“Podemos tener las ganas, pero las condiciones no están dadas. Ojalá que nos puedan dar una mano, porque nuestro proyecto de vida no termina aquí, nuestros padres tienen las esperanzas puestas en nosotros para salir adelante, una vez podamos estudiar y trabajar en los que nos gusta”, agrega.

A él y ocho compañeros más, que el 9 de diciembre tendrán toga y birretes para recibir el diploma que los acredita como bachilleres técnicos agropecuarios, les preocupa su futuro, debido a la incertidumbre de saber si podrán continuar estudiando la carrera que más les gusta.

Agradecen a la Fundación Semana, una de las pocas instituciones que les ha facilitado apoyo, así como a los instructores del Sena.

Los graduados se conocen como hermanos, pues compartieron clases de lunes a viernes desde las 7 de la mañana hasta las 12 del mediodía.

“Tuvimos muchos obstáculos, pero alcanzamos la meta. Había días en que los profesores no podían llegar a El Salado por el mal estado de la vía y eso dificultaba el cumplimiento del calendario escolar”, expresa Reynaldo Urueta.

Para las próximas promociones estudiantiles, piden lo mejor. Por ejemplo, la ampliación de las instalaciones físicas del colegio, habilitar más salas de Internet, ya que en el pueblo solo hay una con tres computadores y toca hacer fila para investigar una tarea.

Opiniones

Óscar Medina: “Quiero tener la oportunidad de estudiar veterinaria, porque veo que a los campesinos necesitan de una especialista que les ayude a evitar que los animales se mueran por falta de asistencia profesional”.

José Luis Bohórquez: “Con la ayuda de la Fundación Semana espero estudiar ingeniería industrial. Esta es una oportunidad que deseo tener para sacar adelante a mis padres, ya que ellos nunca tuvieron los medios para ir a una universidad”.

Vanessa Padilla Cárdenas:

“Uno de mis deseos es seguir estudiando, preferiblemente administración de empresas. También quiero trabajar, porque El Salado necesita salir delante de la mano de su propia gente”.

Yulis Bohórquez Garrido:

“Quiero ir a la universidad a estudiar fisioterapia, ese es mi sueño y quiero que las fundaciones que trabajan por El Salado, como la Fundación Semana, nos brinden esa oportunidad.

Yuranis Velasco:

“Estoy muy agradecida por la oportunidad que tuve de terminar el bachillerato, que nunca pensamos culminar con tantos inconvenientes. Ahora lo que más anhelo es ser una administradora de empresas”.

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