miércoles, 23 de noviembre de 2011

A Sayco no hay que acabarlo, sino sanearlo

Treinta y dos años de carrera profesional, más de treinta y cinco producciones musicales; tres matrimonios, cuatro hijos, cuatro nietas, Rafael Ricardo, el peso pesado del vallenato romántico (San Juan Nepomuceno, (Bolívar), protagonista de éxitos de grata recordación como: ‘Mi sentimiento’, ‘Señora’, ‘El Mochuelo’, ‘Tú verás’, ‘Lejanía’, ‘Bendita duda’, ‘Esposa mía’, ‘Canción para ti’, ‘Mi dije de amor’, entre otros, además de profesor de Español y Matemáticas, se pronuncia ante la penosa debacle que, por obra de la corrupción de Sayco, está dejando en la ruina a autores y compositores colombianos, y desangrando a propietarios de establecimientos públicos. Lo escuchamos.

¿Cómo van las cosas y con todo lo que se está destapando en Sayco, crees que se acerca el final de esta institución?
“De ninguna manera, y es lo que menos queremos que ocurra. De hecho he insinuado muchas veces que por favor, pedimos al gobierno, no se vaya a liquidar Sayco”.

¿Por qué?
“Porque Sayco no es la que está cometiendo los ilícitos: son unos funcionarios corruptos que por años han desangrado esta entidad y han perjudicado el buen nombre, la seguridad y las regalías de sus afiliados, en este caso, los compositores”.

¿Cómo observaste la destitución de su gerente ‘vitalicio’, Jairo Ruge?
“Como el inicio de la limpieza y la oxigenación de Sayco. Esperamos que detrás de él vengan muchos más”.

¿Cuál es el gran mal que le han hecho estos funcionarios a Sayco?
“Robar descaradamente a los compositores al no entregarles los dineros que por ley les pertenece”.

¿Bajo qué pretexto?
“Bajo el cínico y descarado pretexto de que no suenan. Y en este punto tengo que hablar de lo siguiente: las que no suenan son precisamente las ‘canciones’ del presidente de Sayco, Alberto Urrego Eljach, cuyas obras son de muy mala calidad; pero ellos, a través del mecanismo de las planilla se acomodan en las mismas como si estuvieran sonando, sobre todo en las regiones de Bolívar, Sucre y Córdoba, que son los grandes fortines electorales de este señor”.

¿Desde cuándo existe esta ‘mafia’, que nunca se había denunciado?
“Lo que he escuchado -no me consta- es que en presidencias anteriores también ocurría, pero creo que en estos tres períodos consecutivos del señor Urrego, se disparó esta sinverguencería rampante”.

¿Quién suena para suceder a Ruge?
“Tengo entendido que fue nombrado interinamente un señor Restrepo que trabaja en Sayco, pero aún no se ha confirmado su nombramiento oficial”.

Bueno, ¿y tú por qué no tomas las riendas, como se ha hecho con anteriores presidencias, algunas de ellas, bien encaminadas por notables artistas?
“He expresado en casi todas las entrevistas que se me han hecho, que no tengo la mínima intención de ocupar ningún cargo importante en la administración de Sayco. Lo mío es tratar de que en Sayco las cosas se hagan bien, con honestidad, equidad y transparencia”.

¿Cómo ves ese maridaje Sayco-Acinpro
“Yo creo que ambas deben existir por separado. Pero no le veo sentido a que exista una tercera Sayco-Acinpro, porque esta se queda con una parte de los dineros de los compositores e intérpretes; entrega el resto a Sayco y a Acinpro, y estos vuelven a cobrar otro porcentaje nuevamente”.

Tú has sido uno de los grandes damnificados de la corrupción de Sayco, ¿verdad?
“No exactamente de los grandes, pero sí he sido vulnerado en el sentido en que no se me liquidan las sonadas reales ni en radio ni en televisión”.

¿Por cuánto te llegó la última liquidación trimestral?
“Por la irrisoria suma de 133 mil pesos, que la verdad me da pena mencionar”.

¿Por cuánto te llegaba en épocas mejores?
“Nunca ha sido muy cuantiosa, pero me llegaban entre 500 y 600 mil pesos, que tampoco era la cifra merecida”.

¿Y qué decir entonces del desangre de los establecimientos públicos por parte de Sayco?
“No conozco exactamente las tablas por las que se cobran los derechos de autor a estos establecimientos, pero todo parece indicar que son excesivas las sumas en muchos casos, por ejemplo, ¿cómo se le puede cobrar al radiecito del zapatero remendón, que es su único medio de distracción?”.

Has dejado un tiempo considerable sin grabar, ¿de qué está viviendo hoy en día Rafael Ricardo?
“Bueno, presento un programa en la televisión por cable que se llama ‘Vallenateando con Rafa’, que ya cumple cuatro años y que está muy bien posicionado en todo el país. Pero sea la oportunidad para enterarte de que estoy grabando una nueva producción musical”.

¿Puedes hacer un adelanto al respecto?
“Este es un secreto de artista, y discúlpame, que no te puedo revelar”.

¿Qué pasó con el ‘Rincón de Rafa’?
“Lo vendí hace muchos años”.

¿Te cansaste de la bohemia noctámbula?
“Sí, esa trasnochadera desgasta”.

¿Y qué hiciste con esa cantidad de ron que tenías almacenada en la bodega?
“Se la bebieron los ‘lagartos’; no dejaron ni los cunchos”.

¿Harías migas otra vez con Otto Serge?
“Es casi imposible”.

¿Por qué, Rafa?
“Porque hay una tercera persona que es la que hizo que se acabara”.

¿Para cuándo habrá luz verde con tu nuevo trabajo?
“Creo que el semáforo cambiará de color en un mes”.

¿Sigue sonando ‘El Mochuelo’?
“Sigue cantando en los Montes de María y en matorrales aledaños”

Fuera de ‘El Mochuelo’, ¿con qué otro pájaro está sumamente agradecido?
“Con el mío que, como ‘El Mochuelo’, entre más viejo, más fino”.

¿Qué pasó con el profesor de matemáticas y español que tanta lora dio en tus años mozos?
“El de matemáticas, está quieto; pero el de español, todavía dicta sus clases en ‘Vallenateando’”.

¿Qué opinión te merece el vallenato de estos tiempos, con todas las arandelas, fusiones y lenguajes que le han acomodado?
“En este momento se está considerando como vallenatos muchas canciones que nada tienen que ver con el género. En este orden de ideas, respondo a tu pregunta: no me gusta casi nada de lo que se está haciendo en ese sentido, pero veo con beneplácito que ese mismo hecho negativo está aburriendo a la gente, y el vallenato está retomando el cauce del que nunca ha debido salir”.

¿De las nuevas generaciones quién se salva?
“Esa respuesta me la reservo para, como dice la canción, ‘Señora’, no herir susceptibilidades”.

Fuera del tuyo, ¿qué otro vallenato escuchas?
“Soy Zuletista, Oñatista, Diomedista por antonomasia, pero también escucho vallenatos de Villazón (Iván), los Betos, Silvio Brito, Daniel Celedón, y el Binomio de Oro, pero el de Rafael Orozco, etc.”.

Tú qué eres un maestro de la palabra, un cultor de la gramática y un romántico del vallenato, ¿tienes alguna definición personal del mismo?

“Sí, es la expresión del amor, de la naturaleza y de la belleza en general, en palabras sencillas y en melodías que traspasan el alma”.

¿A cuántas señoras has conquistado con tu acordeón de teclado y tu virtud?
“Si me ciño a los correos electrónicos, al facebook y a las llamadas telefónicas, son miles las que endulzan este corazón”.

Pero una de carne y hueso que te acompañe: ¿la tienes ahora mismo?
“Sí, una banqueña (de El Banco, Magdalena) preciosa”.

¿Cuánto te marcó la balanza la última vez?
“132 kilogramos”.

¿Normal para ti?
“No, quiero bajar por lo menos los 32”.

¿Con qué acostumbras quemar grasa?
“Yo soy un sedentario irremediable. El único ejercicio que hago es el de la cama”.

¿Cada cuánto?
“Más de lo que se puede suponer por mi edad”.

¿Cada mes está bien?
“¡No, hombe!, cómo se te ocurre, me hubiera muerto de inanición”·

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