Los menores que hacen parte de este proceso, que residen en los albergues temporales, fueron seleccionados por estar en situación de emergencia desde finales del segundo semestre del año pasado.
Según Sandra Guerrero Torres, representante de la Unifec, lo que pretenden con este proceso es proteger a los menores y de paso a sus familias, con un trabajo sinérgico que disminuya las secuelas de los daños emocionales.
Para el desarrollo de la metodología se está trabajando con personal adolescente, con capacidades para tener contacto con los pequeños afectados.
Igualmente trabajan para crear una estructura organizativa que les permita a los menores poder encontrar todo tipo de apoyo, el cual pueden brindarles los profesionales, los líderes comunitarios y los mismos padres de familia.
El trabajo que adelantan con los niños afectados está a cargo de profesionales capacitados, quienes cuentan con las herramientas necesarias para la detección de problemas relacionados con el abuso, maltrato físico y enfermedades físicas y mentales.
“Estamos aquí en El Carmen de Bolívar por las consecuencias que ha dejado la ola invernal pasada, en la cual no solo perdieron las viviendas, sino que además se ha presentado mucho desplazamiento forzado, hecho que se traduce en violación a la intimidad, aislamiento social y estigmatismo”, dijo la funcionaria.
Guerrero Torres advirtió que hay más niños en el municipio que requieren de esa misma atención.
Recalcó que el objetivo es avanzar en la creación de nuevos espacios que permitan desarrollar el trabajo en equipo entre la juventud y las comunidades afectadas, para lograr brindar a los pequeños una salud mental óptima.
Las comunidades beneficiadas con las que vienen trabajando desde el ICBF y la Unifec son Las Margaritas, el albergue de Coapoamiel, el de la institución educativa Gabriel García Taboada y los estudiantes del centro educativo La Ceiba.
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