Los carrileros sobre la manga -la puerta por donde salen los astados-, esperan la orden del médico Álvaro Oliver Espinosa, el ganadero dueño de la torada. Es el último día de toros y la Monumental plaza de Turbaco está a poco de reventar con las 5 mil personas que a esa hora albergaba.
Oliver Espinosa quiere soltar a su animal, pero la mujer que se ha acercado hasta él, le insiste en que por favor no lo haga. El ganadero la ignora, y con cara de disgusto, da la orden de la apertura del toril haciendo girar el poncho en su mano.
A ella no le importa. Está decidida y esa no va a ser la plaza en la que no va a poder rebuscarse. Se quita por completo la ropa y agarra un par de banderillas todas desbaratadas y arranca a correr saliendo por debajo del tablado hasta la arena.
Ahora la mujer exhibe sus carnes sin pudor alguno. La cicatriz vertical de una cesárea se le aprecia en todo su abdomen grasiento hasta su sexo, y las tetas le brincan mientras corre por el redondel moviendo las banderillas hacia todas las direcciones para que la muchedumbre no se le acerque demasiado.
La gente parece estallar de euforia en medio de un completo bullicio. Los padres que han llevado a sus hijos, indignados, intentan taparles los ojos; el ganadero con su ‘empute’ insiste en que suelten al toro, pero no le hacen caso; y el resto de la gente se ríe y hace burlas viendo el espectáculo. Y la mujer sigue sin que nada le importe. Termina su recorrido, sube a los palcos y comienza la recolecta.
La Caponera
Según los conocedores de la corraleja, esta mujer es conocida como ‘La Caponera’, y dicen que es oriunda de la capital de Sucre, Sincelejo. Coinciden en que se desnudó en varias corralejas del año pasado, entre ellas, las de Sabanalarga (Atlántico), Sincé (Sucre), San Jacinto (Bolívar), y la última en Turbaco. Aseguran que en algunas plazas ha dicho que se desnuda por necesidad, porque no consigue trabajo y tiene un hijo con cáncer, y en otras, afirma estar embarazada. Muchos están de acuerdo en que ese ‘espectáculo’ se debería prohibir puesto que es grotesco y degradante para la fiesta, porque no tiene relación alguna con la esencia de la corraleja.
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