miércoles, 3 de agosto de 2011

¿Quién viola los derechos a una vivienda digna en El Carmen de Bolivar?

50 familias del barrio Las Margaritas, en El Carmen de Bolívar, completan 9 meses hacinadas en una bodega y sin recibir asistencia humanitaria.

Niños, adultos y ancianos conforman el grupo de personas que aún no recibe las ayudas para mitigar la crisis generada por la emergencia invernal de finales de 2010.

Los damnificados, muchos de los cuales perdieron sus casas en deslizamientos de tierra, siguen esperando que por parte del Gobierno municipal se adelante un proyecto que les permita tener una vivienda digna nuevamente.

Los habitantes de Las Margaritas siguen soportando el drama de haber perdido las soluciones de vivienda que lograron conseguir con la ayuda del Movimiento por la Paz, el Desarmen y Libertad (MPDL), luego de sobrevivir del conflicto armado.

El sinnúmero de batallas adelantadas por los damnificados para mantenerse en pie de lucha, parece estar desvaneciéndose por la falta de apoyo de parte de los distintos gobiernos, los cuales, según varios afectados, no les han brindado las garantías como seres humanos.

Osiris Ortiz Cobilla, presidenta de la Junta de Acción Comunal, asegura que luego de su llegada a los albergues proporcionados por la Administración del destituido Galo Torres Serra, en noviembre pasado, empezaron a disminuir las posibilidades de acceso a vivienda o un proyecto de reubicación.

Manifiesta que los dejaron a su suerte, viviendo en hacinamiento en la bodega de Coopoamiel.

Virosis

Ortiz Cobilla agrega que están afectados por una virosis que se ha prolongado por toda la bodega, generando brotes en la piel de los damnificados y recrudeciendo su drama.

“Enfrentamos un grava problema de salud pública que se agudiza cada vez que las pozas sépticas se llenan. Los malos olores junto con los gusanos y las moscas no nos dan tregua”, relata.

El drama

Las familias fueron evacuadas del barrio Las Margaritas en noviembre de 2010 para evitar que fueran víctimas mortales de los deslizamientos de tierra.

Pero el problema enfrentan ahora es peor, ya que las condiciones en las que subsisten son míseras, y esta situación agota la paciencia de los albergados.

Ellos aseguran que se sienten solos y desprotegidos porque han tenido que enfrentar su problemática sin el acompañamiento constante de ninguna organización e institución.

“En un principio la Administración nos ayudó con la gestión de los albergues, pero ahora estamos solos, a la deriva, sin saber cual será nuestro futuro. Completamos hoy casi diez meses de estar hacinados y comenzaron también los problemas”, refiere Osiris Ortiz.

A la fecha, los afectados han recibido brigadas de salud por parte de la ESE Centro de Salud Gioavanni Cristini, la Armada Nacional y la empresa Acuecar.

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